Está claro. A Mou le gusta más una polémica que a un tonto un lápiz. El portugués debería aprender a lavar los trapos sucios dentro de casa, pues con estas cosas no hace más que dar carnaza a quienes están deseando despellejarle vivo y, por ende, al propio Madrid. Ahora bien, pocos pueden discutir que, en este asunto, lleva bastante razón.
Mou está hasta las narices de que se le culpe de todo lo que ocurre en el Madrid, incluso de lo que pasaba años antes de que él llegase. Vamos, que menos de haber matado a Manolete, al portugués se le ha acusado de todo. Si el Madrid no apuesta por la cantera o no tiene un modelo adecuado no es un problema de ahora, es algo que viene pasando desde hace más de una década. No, ni siquiera con el excelentísimo señor Marqués se le puso remedio. Así que, quien trate de acusar a Mou de acabar con la cantera blanca está cometiendo una injusticia (y, posiblemente, a sabiendas). Seguro que todos los medios presentarán ahora a Toril (al que muchos preocupados por la cantera ni siquiera conocerían antes de esta polémica) como el "pobre entrenador del filial que es maltratado por el malvado Mourinho". En realidad, no creo que Toril cobre un mal sueldo como entrenador del Castilla y su obligación no es otra que preparar a un equipo que sirva de apoyo a la primera plantilla. Para ello debe atender, ante todo, a las necesidades del primer equipo y, por supuesto, establecer unos mecanismos de juego similares, tal y como se hace (mal que nos pese) en el Barça. Si lo que quiere es entrenar a un equipo independiente, que fiche por el Granollers o el Terrassa, que pronto lo acabarán siendo.
Una vez más, Mou bien en el fondo, pero mal en la forma.
