NADAR PARA AHOGARSE EN LA ORILLA

Al final, las peores predicciones de Menchuito se hicieron realidad y el Barça pasó como un vendaval por el Bernabéu (con él en el estadio, por supuesto). Pero bueno, ya que por fin ha acertado con el resultado de un partido, hoy no me meteré con él y, es más, le concederé barra libre para que nos toque las narices a quienes confiábamos en la remontada blanca.

En fin, qué se puede comentar del partido. Todos éramos conscientes de que el Barça era mucho más equipo que el Madrid, pero el espíritu que habían demostrado los blancos en las últimas jornadas nos hizo ilusionarnos con mojarles la oreja. El caso es que ese espíritu no apareció el sábado por ningún sitio y el Barça hizo lo que quiso con su rival. Pienso que el Madrid echó de menos los pases de Guti, pues no había nadie que hiciese llegar el balón a los delanteros, y que Sergio Ramos, pese a sus logros a nivel ofensivo, desatendió por completo su principal tarea, que era defender su banda, por la que Henry entró y salió como Pedro por su casa.

Seguramente el 2-6 refleja la diferencia real que hay actualmente entre ambos equipos, pero el Madrid de Juande tenía algo casi sobrenatural que le ha permitido pisarle los talones al Barça hasta estas últimas jornadas. Creo que no hay que hacer leña del árbol caído y reconocer que la remontada de los blancos ha tenido mérito, viendo el abismo que hay entre ambas plantillas, pero justo cuando más cerca lo teníamos, nos hemos topado con la cruda realidad.

En cualquier caso, esperemos que las elecciones nos deparen un presidente en condiciones y una plantilla que nos permita de una vez por todas recuperar nuestro prestigio, sobre todo en Europa. Y esperemos también que el Chelsea consiga el miércoles quitarnos un poco el disgusto.