
Por si fuera poco, parece ser que esta lesión ya la conocía el jugador antes del Mundial, es decir, que si tuviese algún respeto por el club que le paga el sueldo, no debería haber estado en Sudáfrica. Y si a esto unimos su actitud de la temporada pasada, en la que claramente se negó a forzar con el Madrid para no poner en riesgo el Mundial, la cosa se pone todavía más fea. O sea, que con su club no se arriesga por una pubalgia, pero con su selección se expone a romperse el menisco por siete sitios. ¿Es ése el famoso “espíritu madridista” que tanto estamos reclamando? Admirable, lo de este chaval es admirable.
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