El Valladolid, el frío, el árbitro y los córners estuvieron a un paso de poner el punto y final a esta Liga el sábado por la noche. Lo del gol anulado injustamente ya empieza a ser una costumbre y lo del peligro a balón parado, también. La falta de concentración defensiva en el primer gol es evidente y el error de Casillas en el segundo... bueno, a eso ya estamos habituados. Vaya temporadita que lleva el novio de Sara.
Sea como fuere, a diferencia del partido del Betis, en el que se veía al Madrid incapaz de generar peligro, yo estuve siempre convencido de que el equipo ganaría en Pucela. Pese a no ser un juego primoroso, las sensaciones eran bien diferentes y se veía que las ocasiones de gol podían llegar en cualquier momento. Y así fue. Partidazo de Özil, que se marcó un jugadón con Benzema en el primer gol y se volvió a reivindicar como lanzador de faltas en el segundo. En mi opinión, Cristiano debería lanzar las más lejanas y Mesut las más cercanas, o quizá alternar, si dicen que en la variedad está el gusto...
En fin, si algo positivo se puede decir de este Madrid con respecto al Barça, es que el equipo de Mou no depende de la inspiración de un solo jugador... ni de la suerte, que a ellos les sale ya por las orejas.
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