Así rezaba la canción de Suzanne Vega y así podría denominarse lo que hace Modric cada vez que sale al campo. Y es que, mientras unos se reivindican delante de los micrófonos de la prensa o haciendo gestos en el campo, hay otros que lo hacen callando, trabajando y cumpliendo brillantemente cada vez que tienen minutos. Modric es un jugador completísimo, con clase, con visión de juego, con sacrificio y con cada vez más peso en el juego del Madrid. ¿Dónde se esconden ahora todos aquéllos que cuestionaban su fichaje?
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