Partido desgraciado. Balón parado maldito. Jugadores negados, Portero ausente. Liga perdida. Después de la enésima decepción de ayer, menos mal que Mouchuito nos recuerda que un club como el Madrid está muy por encima de tres puntos perdidos o un campeonato que se escapa. Seguirá adelante y acabará levantándose... sobre un buen montón de cáscaras de pipas.
"Es muy complicado poder plasmar en tinta (aunque sea electrónica)
los sentimientos y sensaciones que se tienen al acudir a la entrega de una
insignia por parte de cualquier organización. Pero creo que es imposible si el
acto es del Real Madrid.
Hace 25 años entré en la historia, entré por primera vez en el
Bernabéu y pude intuir que estaba haciendo algo grande. Por aquel entonces, Beenhakker era el entrenador y unos chavales,
llamados 'La quinta del Buitre', deleitaban a la afición con un fútbol de
categoría. Todavía me acuerdo de las alineaciones del Madrid: Buyo, Salguero,
Chendo, Míchel, Gordillo, Camacho, Butragueño, Hugo Sánchez, Sanchís, Valdano,
Gallego, Pardeza, Martín Vázquez y un largo etcétera de jugadores que llevaban en la
sangre los colores del Madrid.
Hay un momento en la vida de cualquier aficionado que nunca se
olvida: la primera vez que entra en el estadio. La sensación es siempre la
misma, el tiempo se para y en cada escalón que subes por la escalera que te lleva
a tu vomitorio, se mezcla una sensación de intriga, ansiedad e impaciencia;
entonces aparece, poco a poco por el horizonte de tu campo de visión, un mar
verde, un manto de romero donde han pisado, cual Virgen Macarena, los futbolistas
del mejor equipo de la historia, los jugadores del Real Madrid.
En estos 25 años he vivido mucho, desde tener que ir al estadio una
hora antes, cuando había que estar de pie para así coger sitio en la grada, o
cuando el partido era un rollo y nos sentábamos todos en el suelo a ver cómo se
le resistía la Copa de Europa una y otra vez. Las cosas han cambiado mucho y
ahora nos sentamos en una 'cómoda' silla/respaldo de plástico con calefacción
y todo, y parece que ganar una Copa de Europa es lo más sencillo del mundo.
Pero de lo que más he disfrutado es del momento en el que en mi
casa me preparaba el bocadillo de chorizo de Pamplona y me dirigía andando al
estadio (tardaba una media de 45 minutos), por el camino me compraba unas
chuches y mi bolsa de pipas. Esa bolsa de pipas me ha dado, me da y me seguirá
dando muchas alegrías, porque después de 25 años, ella es la única que ha
compartido conmigo ese camino y sabe lo que se siente al ser del Real Madrid".